La elección del seudónimo impuesto por el editor Calmann-Levy de sus dos primeras novelas, proviene de uno de sus antepasados maternos Daniel O’Connell y el apellido de soltera de su madre Marie-Henriette Lesueur. Ella reconoció que la elección se hizo a toda prisa y que ella no le gustaba; hubiera preferido un nombre más corto, asi como Loti que admiraba; Sin embargo, ella no cambio (o muy poco), diciendo en 1912:
Hoy les agregó un guion para que la gente deje de llamarme «Señora Lesueur», que es feo e inexacto. Porque yo soy la señora Lapauze, y Daniel-Lesueur en literatura, pero jamas «Sra Lesueur».
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